jueves, enero 27

Redescubriendo los clásicos

Al fin José Arcadio Buendía logró mover por equivocación un dispositivo atascado, y la música salió primero a borbotones, y luego en un manantial de notas enrevesadas. Golpeando contra las cuerdas puestas sin orden ni concierto y templadas con temeridad, los martinetes se desquiciaron. Pero los porfiados descendientes de los veintiún intrépidos que desetrañaron la tierra buscando el mar por occidente, eludieron los escollos del trastrueque melódico, y el baile se prolongó hasta el amanecer.

Gabriel García Márquez, Cien años de soledad


Ah, el lenguaje. Esa adicción.

martes, enero 25

Como, luego existo

Las Biggie fries extrañamente, están teniendo consecuencias. Es algo realmente inexplicable. Parecido un poco al 11 de septiembre ¿Por qué habrían de asesinar norteamericanos los árabes? ¿Por qué más de la mitad de la población infantil en Estados Unidos tiene sobrepeso?

La solución a estos problemas, obviamente, debe ser cartesiana.

Todo se resuelve eliminando un número elevado de Afghanos o Iraquíes, o un número elevado de calorías en el Lunch de los niños. No importa que, mientras se asesinan unos cuantos “terroristas”, los norteamericanos no modifiquen en lo más mínimo su política internacional, creando el mayor número de enemigos en el planeta que jamás hayan tenido. No importa que, mientras en la escuela les dan fruta, papitas low fat y jugos light, lleguen a su casa cuando sus padres están trabajando y se alimenten de cualquier tv dinner, galón de nieve, barra de chocolate o bote de frituras, mientras permanecen sentados viendo la tele, chateando, o jugando nintendo.

Hay que dar cuentas. Las bajas de los soldados enemigos, las ciudades tomadas o el porcentaje de grasa en el cuerpo de infante, escrita en su boleta de calificaciones (lo cual ya sucede en varias escuelas norteamericanas). Exponer el ridículo, llevarlo al absurdo. Complicar un problema para no modificar los patrones de comportamiento que dan lugar a consecuencias de esa magnitud.

El nivel de rendimiento escolar desciende cada año en las escuelas norteamericanas, a medida que el porcentaje de grasa corporal aumenta ¡Hello! ¿No dice eso algo acerca de “el total” de la población?

Materia > Pensamiento.

Criticar es sencillo. En México estamos invadidos por su comida chatarra, por nuestra propia comida chatarra. El horario de comida se convierte cada vez más en un lunchtime en el que se consume lo que haya cerca del lugar de trabajo. Así que ahora que estamos viendo las barrigas de nuestros vecinos por reventar, debemos poner las nuestras a adelgazar. Aunque en México tenemos un método sencillo: sólo necesitamos que haya cambio de sexenio para apretarle al cinturón.

lunes, enero 24

Clonaciones mentales

Están solos. Solos porque los demás son demasiado semejantes como para soportarlos. Demasiado distintos, por lo que su juicio es inevitable. Habitan la tierra de la alienación. Son fracasados porque no se multiplican.

Imagina que eres lo suficientemente distinto como para sobresalir. Distinto sin ser una amenaza. Nadie teme perder el poder por tus cualidades. Son, digamos, de segunda clase. Pero esas cualidades están a tu disposición para multiplicarte. En un medio en el que lo que se necesita, se inventa, tienes la posibilidad de producir tus propios acompañantes. Y no serán cyborgs o antropoides, sino seres humanos que morirán por ser tú. Un mundo a tu imagen y semejanza.

Sabes que no lo podrás hacer si eres la réplica de otro; sólo que decidas hacerlo en el tercer mundo. Ahí sí puedes ser una repetición de las repeticiones; ahí todo llega diez años más tarde.

Las maneras de multiplicarte son muy diversas. Puedes elegir la vía política y lograr que gran parte de la población te venere y, por ende, se asemeje a ti. Entonces nunca estarás solo. Irás por las calles y habrá siempre alguien que desee estar a tu lado; lo mismo sucederá en el restaurante, en el centro comercial, en el palacio de gobierno; hasta en el escusado habrá alguien acompañándote, dispuesto a limpiarte el culo.

También puedes elegir ser un delincuente. No cualquier delincuente, un Gran Delincuente. Entonces nunca estará solo. Tendrás hombres que te seguirán a donde vayas, quienes te odiarán y te admirarán de igual manera. Y no sólo estarán contigo los que reciban tu pago, también estarán tus réplicas, esos que se vestirán como tú, hablarán como tú, escucharán la música que creen que tú escuchas. Y no te dejarán sólo, porque su mayor anhelo será estar junto a ti.

Olvídate de crimen y política, que son una sola cosa. Si quieres hacerlo como lo hacen los triunfadores, como incluso lo desean los criminales y los políticos, tienes que llamar la atención de tal modo que tu cara sea impresa en revistas, portadas de discos, o en la página cambiante del cine o la televisión. Si no sabes hacer nada, no importa, lo necesario es que tengas la estrategia correcta para que haya miles que quieran ser como tú. Así, cuando salgas a la calle no te sentirás un ser de otro mundo, o una persona normal con una patética vida “cotidiana”. Ellos, los normales, deben esforzarse en mantener relaciones amorosas, amistosas y familiares para no estar solos; eso es demasiado difícil en un mundo como éste, además, eso sólo da satisfacción a otros e impide que quien lo hace sea exitoso, que tenga fama, que su nombre suene en la boca de más de veinte. No te angusties, no tienes que vivir eso; tú sólo necesitas ser proyectado: todos querrán ser tú.

Todos morirán por estar contigo. Aunque no les digas nada. Te seguirán en el aeropuerto, en la calle, en el mercado y en el bar. Jamás estarás sólo. Hablarán más de ti que de sí mismos. Se reunirán en los cafés –ignorando lo que sucede en su casa, lo que sucede en la ciudad, lo que sucede dentro de sí mismos– para hablar de ti, de tu trabajo más reciente, de tu vestimenta, de tu entrevista, de tu nuevo “romance”. Y podrás llegar a su mesa y te dejarán hablar, y estarán contigo todo el tiempo que así lo desees.

No pienses que te irás solo a casa. Habrá miles deseando ir contigo. Sólo extiende tu mano y elige. Es posible que la relación no funcione, pues casi siempre es insoportable estar con uno mismo. Pero podrás intentar con él que sigue, con la que sigue, con todos los tú que hayas logrado fabricar. Cierto, de conocerte se volverán contra ti, se desencantarán. Pero siempre tendrás la ventaja de que afuera, te esperará alguien más.

El objetivo es que el mundo sea tu imagen. Que esté tan lleno de tús como sea posible. Que mueras, y los tús que dejaste continúen reproduciéndose; como los sequels, como el retro, como todo lo que se repite cuando la historia ha llegado a su fin.

Ahora, cierra los ojos. Imagina que sucede y, mientras lo piensas, mírate en tu mente. Observa tu vida. Observa la vida de los cientos como tú. Ahora pregúntate, ¿a quién te pareces? Si puedes responder, continúa imaginando. Eso es todo lo que podrás hacer.

lunes, enero 17

Madres de silicón

Cuando escuchamos acerca de la manipulación de los medios por parte de las empresas; acerca de la corrupción, la violencia, la contaminación y todas esas tragedias que no cesan de repetir los noticieros, pensamos, con justa razón, que qué poca madre. Y esto, es literal.

Si analizamos un poco a la madre estadounidense en contraposición a la madre mexicana, observaremos el porqué del desvío de nuestros vecinos. La mayoría de sus madres, tienen tetas artificiales.

El cuerpo no miente. Más que por su cultura, podemos conocer mejor a una sociedad por su cuerpo. El cuerpo se forma y se transforma, lo social lo precede y lo antecede.

La maternidad de una mujer es representada por sus senos. Así, hay sociedades en que los hombres se ven más atraídos por un trasero que por unas tetas. Los africanos son un ejemplo. No se ven atraídos hacia la maternidad, no lo necesitan; la madre africana es una madre presente. Lo mismo sucede en Latinoamérica. Sin embargo, acá hemos sido influidos por nuestros vecinos ávidos de una madre. Una madre que no quiere serlo y huye.

Y como la cultura occidental permea la mayoría de las demás culturas, lentamente la madre va abandonando más a sus hijos en todo el planeta. La sociedad, hija de esta carencia, reclama con violencia lo que le ha sido negado. Y la mujer, sintiéndose culpable por este abandono, rellena sus senos de silicón, en un intento tecno de compensar su maternidad perdida.

martes, enero 11

Han transcurrido diez semi-días desde que inició el año. Me prometí no escribir en esta página hasta que llegara un día realmente completo. Hoy tampoco lo fue. Conduje una hora hasta mi lugar de trabajo, e inmediatamente otra hora de regreso (se suspendieron las labores por la lluvia). Recorrer ese tramo con tanta lentitud, me llevó a darme cuenta de algo: he sufrido un exorcismo. De pronto me encontré observando la ciudad, la belleza de los encharcamientos; la lluvia, gota a gota sobre el parabrisas. Los cientos de hombres y mujeres conduciendo bajo el nombre de tráfico. Y me di cuenta: no pensaba. Estaba verdaderamente conectada con el mundo real. Abrí la ventana y saqué la mano para tocar la lluvia que días atrás no tomé en cuenta. Tuve suerte de que entre los autos no estuviera un compañero de mi maestría que hace un par de días, mientras yo miraba con asombro una bolsa de galletas que estaba junto a la cafetera, me dijo:

–Son galletas, Mayra. Las hacen en el planeta tierra.

°

Se ha hecho un llamado a la población a tomar conciencia de los estragos de la piratería editorial en nuestro país. Resulta que de cada diez libros que se venden en México, dos son piratas. En el artículo invita a reflexionar acerca de esto pero, ¿no es el trabajo de lector el más solicitado en el país? Ocupamos un lugar ridículo en cuanto a número de libros leídos per cápita a nivel mundial. Al final de cuentas, un escritor –a menos que sea Fuentes o García Márquez– sabe que no podrá comprar más allá de un viaje redondo en el territorio nacional con sus regalías. La diferencia de pérdidas debidas a la piratería entre Paulina Rubio y Volpi es mayor que la aportación de México a los damnificados del Tsunami Asiático. Así que, si es por el dinero, los males no son mayores.

Sin embargo, habrá que hacer un análisis de qué libros son los que se clonan sin autorización. Definitivamente, no es la cantidad la que afecta, sino la calidad de la cantidad. Después de los bestsellers mundiales ¿Quién se comió mi queso? y El caballero de la armadura oxidada , encontramos entre los títulos más reproducidos clandestinamente dos obras que, si fuera una buena ciudadana mexicana, no revelaría. Los libros son:

Dios mío, hazme viuda por favor y... Señor, quítame lo bruto

sábado, enero 1

AÑO NUEVO, TIERRA NUEVA

Habrá que hacer ajustes en este año. Tres microsegundos en los relojes. Un nuevo mapa para el continente asiático. Otra forma de vida para los millones que perdieron su hogar, trabajo, familia.

Una catástrofe está construida por miles, incluso millones, de historias. No es una calamidad mundial, es una calamidad personal elevada a la n potencia. La historia de cada habitante de ese país se dividirá en antes y después del 26 de diciembre del 2004. Historias que han sido vividas por otros, en otros continentes, en otro tiempo, con el mismo dolor. Que ya han sido escritas.

Tal vez estás muriendo y ya nada te importa.

En la nada, el gris, las islas casi desaparecen entre el agua. Óvalos negros con forma de hojas esconden el desmoronamiento del universo. Las islas de Key West desapareciendo en el océano.

Ya no tienes nada qué decir. No sabes qué hacer. Toda tu vida ha sido un desastre. Sujetándote de cualquier amorío que llegaba por la dulce vida hasta que se volvía tan agrio que tenías que vomitar e irte. Entonces te recuperabas, como te recuperas de una cruda, cogiendo el siguiente trozo de culo que pasara por ahí y que no fuera tan indefenso o demandante que te forzara a percibir la realidad.

En el fin del mundo. Casi nadie viviendo en esta grisura perpetua de Florida. Puede no ser el paraíso, pero no apesta a la mierda de tus sueños. No hay mucho para ponerte a soñar en esta grisura.

No hay más que decir. Eres un trozo de carne entre otros trozos de carne. Es como cuando estabas en el hospital. El doctor no podía meter la aguja en tu vena para sacar sangre. Cada vez que metía la aguja en tu brazo, la vena desaparecía. Te sentías como un trozo de carne y no te importaba. Viste al doctor ver gente viviendo y muriendo y gritando y al doctor no le importaba si tú estabas muriendo o gritando. Así que a ti no te importó si estabas muriendo o gritando.

Ya no tienes idea de lo que importa. Cada día volteas al océano y ves un pequeño barco desaparecer entre la grisura. Un pequeño barco oscuro descendiendo entre las aguas turbulentas.


Kathy Acker, Literal Madness
Traducción de Mayra Luna